En primer lugar, aprecio a la persona y luego a la paciente. La medicina va dirigida hacia las personas, no solo se reduce a diagnósticos, medicamentos e historias clínicas. Ver el lado humano de mis pacientes me nutren como ser humano, Por eso la medicina me apasiona, poder ayudar, conocer y aprender de todas y cada una de las mujeres que tengo la suerte de ver en mi consulta.
Me gusta enriquecer los conocimientos de mi profesión con otras disciplinas como la estética, neurociencias, salud primal, ética y filosofía, que añaden a mi formación como ginecóloga una visión humanista. En definitiva, entiendo la Medicina como una mezcla de ciencia, arte y humanismo, un entendimiento antagónico del ser, donde mi prioridad es el conocimiento, la salud y el bienestar de la paciente.
En algunas ocasiones existen varias opciones terapéuticas para un mismo problema. Mi cosmovisión es mostrarles a mis pacientes todas las alternativas posibles, con sus ventajas e inconvenientes, para que la verdadera protagonista de las decisiones que se tomen sobre tu cuerpo siempre seas tú. Por eso, considerando a la paciente como el centro de la atención médica y partícipe de la toma de decisiones informadas, lejos del paternalismo médico, antes de ser médico soy mujer y te entiendo como mujer.